martes, 9 de agosto de 2016

Kung Fu Panda

Peliculón de Dreamworks. Corre a buscarla. Con eso podríamos haber terminado.


¡Ah, el exquisito arte de la conceptualización! ¡Cómo lo manejo! ¡Cuánta es mi pericia!

Lo malo de saber resumir una larga disertación en una frase es que te aburres mucho. Acabas en un segundo un trabajo de dos horas, pues chico, a ver qué hago estas dos horas menos un segundo. ¿A ti qué se te ocurre? Ah, que estás todavía con el trabajo. Vale, vale. Voy a dar una vuelta.

No sé, me iré a comprar un Red Bull o algo. ¿Sabes que me lo han subido en el Seven? Qué putada. Ya era caro con 3 pavos, pero ahora a 3,50 me parece que se han pasado.


Lo malo es que de madrugada no queda otra opción y tengo que pasar por el aro.

Pero las dependientas me tratan muy bien y me merece la pena.

Las cosas como son.

La chica guapa cuenta. La chica guapa es la clave. Es aquello por lo que todo existe. El gancho del que se cuelga todo. Espero que lo hayas rodeado bien de cemento, mi querido amigo aspirante a marido.

Si no todo se te va a caer como la puta mierda de plan que era.

La chica es la clave. Para los chicos la chica es la clave. Para las chicas lo somos los chicos. Por eso todo funciona tan bien. Porque nos clavamos el uno en el otro con igual fuerza haciendo que el edificio sea inexpugnable.


¡Por eso no entiendo por qué tratas así a tu piba! Bueno, evidentemente por ignorancia, por carecer del mapa de la vida misma, el cual poseo. También te digo que antes de hacerme con el mapa era tan gilipollas como tú.

Pero no tanto como para no buscar el mapa desesperadamente. ¿A qué dedicas tú tu tiempo, pues? ¿A jugar a las chapas? Bueno, reconozco que eso no está tan mal.

Yo era más de jugar a los coches que a las chapas. Las chapas, no sé. ¿Para qué usar chapas habiendo coches? ¿Ves romanticismo en la prehistoria? Caray. Cómo me interesa tu enfoque.

Los coches molaban más. No te enfades.

La peli esta va de un oso panda cuyo destino se agita en él a pesar de que, por su apariencia, nadie hubiera dicho que era tan enorme. Nada menos que ser el mismísimo Guerrero del Dragón. Vamos, el mejor guerrero de todos. Y ya ves, no era la estricta tigresa, era el gordo y feliz panda.


La gente cree que un soldado menos feliz es más eficaz porque así está constantemente agresivo y eso es bueno para la victoria. Bueno, no digo que la agresividad no sea buen ariete, pero si lo tienes feliz te va a funcionar mejor, como a un coche si le hinchas bien las ruedas.

Evidentemente has de tener unos cuantos arietes, pero el grueso de la batalla ha de recaer sobre los guerreros equilibrados. Naturalmente.

Toma ejemplo de Kung-Fu Panda. Su único entrenamiento es comer pastelitos. Eso hace que esté feliz y que sea capaz de desarrollar su estilo de lucha, el particular de Kung-Fu Panda. Y, no te olvides: el del mismísimo Guerrero del Dragón. Ojo con el puto panda.

¡Y parecía tonto!