¡Ah, el exquisito arte de la
conceptualización! ¡Cómo lo manejo! ¡Cuánta es mi pericia!
Lo malo de saber resumir una larga
disertación en una frase es que te aburres mucho. Acabas en un
segundo un trabajo de dos horas, pues chico, a ver qué hago estas
dos horas menos un segundo. ¿A ti qué se te ocurre? Ah, que estás
todavía con el trabajo. Vale, vale. Voy a dar una vuelta.
No sé, me iré a comprar un Red Bull o
algo. ¿Sabes que me lo han subido en el Seven? Qué putada. Ya era
caro con 3 pavos, pero ahora a 3,50 me parece que se han pasado.
Lo malo es que de madrugada no queda
otra opción y tengo que pasar por el aro.
Pero las dependientas me tratan muy
bien y me merece la pena.
Las cosas como son.
La chica guapa cuenta. La chica guapa
es la clave. Es aquello por lo que todo existe. El gancho del que se
cuelga todo. Espero que lo hayas rodeado bien de cemento, mi querido
amigo aspirante a marido.
Si no todo se te va a caer como la puta
mierda de plan que era.
La chica es la clave. Para los chicos
la chica es la clave. Para las chicas lo somos los chicos. Por eso
todo funciona tan bien. Porque nos clavamos el uno en el otro con
igual fuerza haciendo que el edificio sea inexpugnable.
¡Por eso no entiendo por qué tratas
así a tu piba! Bueno, evidentemente por ignorancia, por carecer del
mapa de la vida misma, el cual poseo. También te digo que antes de
hacerme con el mapa era tan gilipollas como tú.
Pero no tanto como para no buscar el
mapa desesperadamente. ¿A qué dedicas tú tu tiempo, pues? ¿A
jugar a las chapas? Bueno, reconozco que eso no está tan mal.
Yo era más de jugar a los coches que a
las chapas. Las chapas, no sé. ¿Para qué usar chapas habiendo
coches? ¿Ves romanticismo en la prehistoria? Caray. Cómo me
interesa tu enfoque.
Los coches molaban más. No te enfades.
La peli esta va de un oso panda cuyo
destino se agita en él a pesar de que, por su apariencia, nadie
hubiera dicho que era tan enorme. Nada menos que ser el mismísimo
Guerrero del Dragón. Vamos, el mejor guerrero de todos. Y ya ves, no
era la estricta tigresa, era el gordo y feliz panda.
La gente cree que un soldado menos
feliz es más eficaz porque así está constantemente agresivo y eso
es bueno para la victoria. Bueno, no digo que la agresividad no sea
buen ariete, pero si lo tienes feliz te va a funcionar mejor, como a
un coche si le hinchas bien las ruedas.
Evidentemente has de tener unos cuantos
arietes, pero el grueso de la batalla ha de recaer sobre los
guerreros equilibrados. Naturalmente.
Toma ejemplo de Kung-Fu Panda. Su único
entrenamiento es comer pastelitos. Eso hace que esté feliz y que sea
capaz de desarrollar su estilo de lucha, el particular de Kung-Fu
Panda. Y, no te olvides: el del mismísimo Guerrero del Dragón. Ojo
con el puto panda.
¡Y parecía tonto!