Ah, Splatterhouse. Qué gusto da eso de
las vísceras y eso. Que te guste el gore es síntoma de hombre
poderoso, por eso Peter Jackson empezó su carrera con Braindead. Ahí
el tío dejó claro que él iba a por El Retorno del Rey.
Aquí en España todas las óperas
primas son mariconadas, así acaba todo donde acaba.
No, tío, quiero verte más actitud.
Vas como pidiéndome permiso para todo. No, no, no, ¡no! Así no se
va por la vida.
Tienes que molar más.
Tienes que desgarrarme el cuello,
hombre. ¿Cómo voy a hacerte caso con esas caricias de bebé? Tú te
has juntado mucho con la gente de Malasaña, me temo.
No, mira, tienes que volver a lo
fundamental. Te has dejado llevar por los cantos de sirena de la
falsa molonidad. Sí, sé que son seductores, pero tienes que
aprender a distinguir los matices de la sinfonía. Por eso te las dan
todas con queso. Con pan.
La molonidad es como una mujer que
grita. Es así de fácil. Por donde más agudo oigas el grito, por
ahí es. Y no me digas que por Malasaña oyes mujeres gritando.
Bueno, gritando a sus novios mazo, eso sí, pero digo gritando por la
libertad.
Ahí oyes mujeres pagadas de sí mismas
tomando té. Oyes pamplinas de amigas que no se caen bien. Oyes
bobadas, bobadas, muchas bobadas. Pero ahí no oyes a nadie clamando
por su libertad. Oyes a gente que ha encontrado un huequecito para
cultivar sus huertos urbanos. Más pamplinero imposible, ¿no te
parece?
Pero hombre, ¿cómo va a molar un
huerto urbano? Si es la antítesis de molar. O sea, un cacho de tu
puto pueblo, al que odias y por eso viniste a Madrid, en tu puto
balcón. Bueno, pero es que tú eres gilipollas, tío. O sea, escapas
de eso y te lo plantas en el balcón. Muy buena idea.
No, no, no, ¡no! ¡Tienes que volver a
mancharte las manos de tierra! ¡Y no con la de tu huerto urbano! Eso
ya está hecho, tío, ya ha ganado Podemos. Ya está. Setentaipico
diputados. Hace cinco años ni podíamos imaginar algo así. ¡Así
que déjate ya de huertos urbanos, tronco! ¡Misión completada!
¿Cuál es tu puto problema?
Hombre, yo te he dejado tranquilito
hasta que ha ganado Podemos, pero a estas alturas... Te tengo que
agitar un poco. O no. O te has acomodado. ¿Es eso?
Si te has acomodado es tu decisión,
pero la molonidad seguirá sin ti. Buena suerte.
Molar me temo que no tiene un destino.
Es el destino mismo. No busques llegar a la molonidad, porque
llegarías a la puerta de mi casa y no te voy a dejar entrar. Trata,
al menos, de escuchar su canto embriagador que te habla de ese sitio
al que te debes dirigir con la más premura de la que seas capaz
porque es allí donde está tu tesoro escondido.
Sí, eso es lo que estabas buscando, y
te lo traigo yo, en primicia.
Pero si tienes los oídos tapados por
los que te quieren cultivando huertos urbanos... Allá tú. Pero te
vas a perder lo que, de verdad, estás buscando. Tú lo sabes, yo
también.
Déjate seducir. Sabes que ese huerto
es una puta mierda. ¡Pero si encima tienes la tierra seca! ¡Si es
que encima soy más de pueblo que tú y todo! ¡Hasta en eso te gano!
Anda, quita, dame el puto saco de
tierra. A ver si te arreglo este desastre.




