¡Link! ¡Despierta! Es tu momento.
Vaya por todas las que has pasado, ¿eh
tío? Yo no sé cómo aguantas. El agua de Hyrule tiene que tener
algunas vitaminas extra que le echan en el embalse, porque si no no
se entiende. ¡Pero tío, qué espaldas de molinero! ¿Cómo eres
capaz de cargar tanto peso y seguir pareciendo un emo que escucha My
Chemical Romance? Tío, eso es molar a un nivel muy alto.
A ver, es que parecer emo cuando el
peso de todo lo llevan papá y mamá... Coño, así cualquiera. Todos
los emos en cuanto caen a la vida se convierten en tristes contables.
Pero tú, no. Tú no vendes tu emismo ni por todo el oro del mundo.
Debes amarlo mucho y, por tanto, entenderlo. Enhorabuena.
No, a mi no te me tienes que hacer el
bravo guerrero. Yo te quiero por lo que eres, un niño que se ha
visto metido en unas movidas que te quedas loco si nos las empiezas a
contar. Vamos, en este mundo de mierda en el que vivimos nosotros no
serías el héroe de Hyrule, serías el interno 509 en el
psiquiátrico más cercano. Así es nuestro rollo, tío. No exento de
épica y romanticismo, por otra parte.
Y tú ahí, siendo guapo hasta un punto
que a los demás hombres nos molesta. ¿Pero de qué vas? ¿No vas a
hacer ni un solo gesto grotesco? ¡Joder, qué fino eres! Nos dejas a
los demás en ridículo. O te manchas un poco de barro la cara o con
nosotros no vengas más.
Ya, ya veo que es que, encima, eso
también lo has hecho. Y mucho más que nosotros. Lo sentimos, no
estamos a tu altura. Guapo y luchador. No sé. ¿Qué pretendes, que
nos suicidemos? ¡Y encima te permites el lujo de quedarte ahí
callado, sin decir una palabra, como sin darte importancia! Tú lo
que quieres es jodernos. Te hemos pillado, tío.
Supongo que es tu destino, ¿no, Link?
Siempre estar pensando en la próxima aventura. Puf... No, no, no
vayas a dejar de hacerlo por nosotros. No seríamos capaces de
perdonarnos. Pero al menos, Link, di algo. ¡Di algo, maldita sea!
¡Cuéntanos algo de lo que te ha pasado! No nos creemos que, encima,
estés sin un rasguño. Pero... ¿Pero qué especie de sortilegio te
protege a ti?
Mira, nos estamos enfadando. No, qué
coño va a ser culpa tuya, es culpa nuestra, lo que hace todo más
difícil. Si fuera culpa tuya te daríamos una paliza y se acabaron
las aventuritas. Pero es que la culpa es nuestra por no haber seguido
tu ejemplo. Ya, ya sé que nos invitaste a ir contigo, pero
entiéndenos, no sé, tenemos un trabajo, una vida, unas cosas... No
nos podíamos permitir esos lujos que tú te permites como si fueran
lo más normal del mundo. ¡Maldito Link! ¡Siempre tocado por la
vara de la Diosa!
En fin... ¿Por lo menos nos has traído
algo de tu última aventura? ¿No? ¿Ni eso? Ah, un hada en un bote
que te cura la salud entera. Bueno, no está mal, no está mal. Nos
vamos entendiendo. ¿Qué más tienes? ¿Esto qué es? ¿Un garfio
con el que te enganchas a lejanos salientes y sales despedido hacia
ellos sorteando los obstáculos que tienes enfrente? Maldito seas,
Link. Maldito seas.
En fin, supongo que lo mejor que
podemos hacer es rendirnos y aceptar que tú eres el verdadero
caballero de Hyrule. ¿Qué otra opción nos dejas? Lo tenías todo
pensado. La partida se iba a precipitar inevitablemente hacia tu
victoria. Claro, como no hablas nada tienes que estar todo el rato
ahí dándole a la cabeza. Joder, pero di algo alguna vez. Que nos
dejas todo el peso a nosotros.
Pues nada, Link. Misión cumplida, nos
has dejado en el más espantoso de los ridículos. Y tan excelente
estaba trazado tu plan que no podemos ni siquiera pensar en vengarnos
porque lo has hecho todo de corazón y para ayudarnos. Nos humillas
porque nos amas.
Maldito seas, Link.