miércoles, 10 de agosto de 2016

Un loco a domicilio


Esta peli es de estas que te piensas que a nadie más le gusta y cuando descubres a otro que le gusta tanto como a ti se hace tu mejor amigo. ¡Bueno, bueno, cómo mola esta peli!


Jim Carrey a mi me parece un actor extraordinario, y no porque haya hecho El show de Truman y Olvídate de mi. Me lo parece porque ha hecho Ace Ventura. No, no es un ridículo encabezonamiento con “lo cutre mola”, no. Esas cosas, tíos, son tan de los 20 años... Es que me pones enfermo, de verdad. Llevar la mierda que llevas tú encima es algo que me repugna tanto como tu presencia.

Jim Carrey mola porque te hace reír. ¿De verdad buscas algo mejor en la vida? No lo vas a encontrar. Ahí sí que te voy a enamorar, nena.


Vale que cuando hizo de Enigma en Batman Forever, me parece, le han puesto un pijama que... ¡No sé, tíos! ¡Os habéis pasado! ¡Vaya pintas que le habéis puesto, tened compasión! Es que luego el paisano tiene que volver a casa, la gente le mira por la calle... No sé, un poco de tacto, creo yo.

En esta peli hace de niño que ha crecido al calor de un televisor, como he hecho yo. Vale que no he tenido el entorno de un padre borracho y de una madre puta, pero bueno, por lo demás es igual. Igual por eso no soy tan psico como el prota de esta peli, pero vamos, que le entiendo muy bien. Es que la gente hace unas cosas que te ponen todo psico.

Y, como no podía ser de otra manera, se dedica a instalar la tele por cable en casas de gente, como diciéndoles “¡Esto es lo que realmente te va a hacer feliz! ¡La televisión! ¡Tanto como me hizo a mi!”.

Muy bonito.

Lo que pasa es que es el típico tío que va mendigando afecto por la vida, y claro, no sé si sabéis que eso es un coñazo. No me entiendas mal, tío, te apoyo y eso, pero, joder, es que eres muy baboso. Es que yo para las babas soy... No me gustan. Acéptame eso.

Nada personal. Sólo tus babas.


Total, que el Jim Carrey se empeña en hacerse amigo de un cliente que le ha tratado, por fin, con un poquito de humanidad. El cliente pasa de él porque tiene un trabajo, una novia, unos amigos, en fin, lo que es una vida, y no está para ir con el Jim Carrey por ahí en plan superamigos. Que ya no tenemos 8 años, tío. Tampoco es tan en plan como tú dices.

El cliente pasa de su puto culo y el otro se vuelve loco con eso y trata de joderle la vida, para vengarse. Y el cabrón es muy puñetero. Total, no tiene nada que perder... Pues va a saco. Claro. Yo a ti te lo puedo quitar todo y tú a mi no me puedes quitar nada. Pues claro que sí. A por él.

Total, que el Jim Carrey está majareta que lo flipas pero aún así no puedes dejar de quererle, porque no es más que un niño pidiendo afecto desesperadamente. Y eso, me temo, es irresistible.

¡Ah, alguno así he conocido yo en la vida! ¡No se sueltan ni con la palanca del Half-Life, fíjate lo que te digo! ¡Qué palizas!


Pero paliza la que te puedes llevar tú si no sabes tratar el tema con tacto. Te dejo advertido, tío.

Con lo que me quedo de esta peli es con la belleza de haber sido criado en la televisión. Hoy esto ya es un poco vintage, tan orgulloso que estaba yo en mis años mozos de algo tan cool. Pero ya ves, el tiempo pasa y lo cool también. Hoy lo cool son los videojuegos. Me temo que ahí también le doy sopas con ondas a todo cristo, porque mi molonidad es eterna. Yo soy la molonidad. No es que me esfuerce ni nada de eso, es que soy aquello que tú querrías llegar a ser y no puedes.


No me montes el numerito como el de Un loco a domicilio, tío. Que tengo una vida, una familia, unas cosas…