Esta peli es de estas que te piensas
que a nadie más le gusta y cuando descubres a otro que le gusta
tanto como a ti se hace tu mejor amigo. ¡Bueno, bueno, cómo mola
esta peli!
Jim Carrey a mi me parece un actor
extraordinario, y no porque haya hecho El show de Truman y Olvídate
de mi. Me lo parece porque ha hecho Ace Ventura. No, no es un
ridículo encabezonamiento con “lo cutre mola”, no. Esas cosas,
tíos, son tan de los 20 años... Es que me pones enfermo, de verdad.
Llevar la mierda que llevas tú encima es algo que me repugna tanto
como tu presencia.
Jim Carrey mola porque te hace reír.
¿De verdad buscas algo mejor en la vida? No lo vas a encontrar. Ahí
sí que te voy a enamorar, nena.
Vale que cuando hizo de Enigma en
Batman Forever, me parece, le han puesto un pijama que... ¡No sé,
tíos! ¡Os habéis pasado! ¡Vaya pintas que le habéis puesto,
tened compasión! Es que luego el paisano tiene que volver a casa, la
gente le mira por la calle... No sé, un poco de tacto, creo yo.
En esta peli hace de niño que ha
crecido al calor de un televisor, como he hecho yo. Vale que no he
tenido el entorno de un padre borracho y de una madre puta, pero
bueno, por lo demás es igual. Igual por eso no soy tan psico como el
prota de esta peli, pero vamos, que le entiendo muy bien. Es que la
gente hace unas cosas que te ponen todo psico.
Y, como no podía ser de otra manera,
se dedica a instalar la tele por cable en casas de gente, como
diciéndoles “¡Esto es lo que realmente te va a hacer feliz! ¡La
televisión! ¡Tanto como me hizo a mi!”.
Muy bonito.
Lo que pasa es que es el típico tío
que va mendigando afecto por la vida, y claro, no sé si sabéis que
eso es un coñazo. No me entiendas mal, tío, te apoyo y eso, pero,
joder, es que eres muy baboso. Es que yo para las babas soy... No me
gustan. Acéptame eso.
Nada personal. Sólo tus babas.
Total, que el Jim Carrey se empeña en
hacerse amigo de un cliente que le ha tratado, por fin, con un
poquito de humanidad. El cliente pasa de él porque tiene un trabajo,
una novia, unos amigos, en fin, lo que es una vida, y no está para
ir con el Jim Carrey por ahí en plan superamigos. Que ya no tenemos
8 años, tío. Tampoco es tan en plan como tú dices.
El cliente pasa de su puto culo y el
otro se vuelve loco con eso y trata de joderle la vida, para
vengarse. Y el cabrón es muy puñetero. Total, no tiene nada que
perder... Pues va a saco. Claro. Yo a ti te lo puedo quitar todo y tú
a mi no me puedes quitar nada. Pues claro que sí. A por él.
Total, que el Jim Carrey está majareta
que lo flipas pero aún así no puedes dejar de quererle, porque no
es más que un niño pidiendo afecto desesperadamente. Y eso, me
temo, es irresistible.
¡Ah, alguno así he conocido yo en la
vida! ¡No se sueltan ni con la palanca del Half-Life, fíjate lo que
te digo! ¡Qué palizas!
Pero paliza la que te puedes llevar tú
si no sabes tratar el tema con tacto. Te dejo advertido, tío.
Con lo que me quedo de esta peli es con
la belleza de haber sido criado en la televisión. Hoy esto ya es un
poco vintage, tan orgulloso que estaba yo en mis años mozos de algo
tan cool. Pero ya ves, el tiempo pasa y lo cool también. Hoy lo cool
son los videojuegos. Me temo que ahí también le doy sopas con ondas
a todo cristo, porque mi molonidad es eterna. Yo soy la molonidad. No
es que me esfuerce ni nada de eso, es que soy aquello que tú
querrías llegar a ser y no puedes.
No me montes el numerito como el de Un
loco a domicilio, tío. Que tengo una vida, una familia, unas
cosas…